Garrote, Rumba y Perico: La Nueva Fase de la Represión en Venezuela
La estrategia del “Garrote, Rumba y Perico” es un retrato cínico de cómo el poder ha refinado sus mecanismos de control y desmovilización en Venezuela. Este perverso equilibrio entre intimidación, distracción y alienación busca fracturar la capacidad de respuesta de la resistencia, apuntando especialmente a la juventud, históricamente el motor del cambio social en el país.
Por un lado, está el garrote, la represión implacable: el aparato represivo no solo persigue y acosa, sino que ahora también utiliza las redes sociales como un arma para intimidar. Infiltran grupos, criminalizan cualquier expresión de disidencia y refuerzan el lema de “tolerancia cero”. La más mínima protesta es sofocada con un despliegue desproporcionado de fuerza y crueldad. Como lo expresó sin tapujos el primer torturador del régimen: “les vamos a caer a coñazos”.
En paralelo, está la rumba, convertida en un opio colectivo. Las mega fiestas reguetoneras, organizadas estratégicamente a las entradas de los barrios, no son meramente un espectáculo de luces y música; son herramientas de anestesia social. “¿Para qué protestar si podemos rumbear?” parece ser el mensaje subyacente. A través de estas distracciones, el régimen promueve un espejismo de normalidad, desviando la atención de las luchas cotidianas y de la grave crisis que atraviesa el país.
Finalmente, está el perico, el lubricante que mantiene funcionando el engranaje. Los socios malandros del régimen, los colectivos armados, aprovechan estas dinámicas para mover su “mercancía”, mientras la droga contribuye a desintegrar el tejido social, desactivando cualquier energía transformadora en las comunidades más afectadas.
Mientras la oposición permanece en parálisis, atrapada en su cuarto día de inmovilismo, la dictadura avanza ensayando novedosas estrategias de control social para ahogar la protesta y desarticular cualquier resistencia en los sectores populares. Con el inicio de una nueva semana laboral, muchos dudanmos que sea posible para la oposición recuperar la iniciativa, mientras el régimen sigue perfeccionando su maquinaria de represión y distracción.
